Si leíste Ikigai, ya sabrás de mi gusto por las evocadoras expresiones japonesas, intraducibles muchas veces al castellano o a cualquier otra lengua occidental. Hace poco cuando me replanteaba mi manera de organizarme para poder llevar a cabo un proyecto que he pensado durante años -pero que no ha dejado de ser más que una entelequia, apoyándome en la universal excusa de la falta de tiempo- topé con el término Kaizen.
KAI : cambio
ZEN : sabiduría
¿Tienes una buena historia en mente pero nunca consigues escribir ese libro? ¿Sabes lo beneficiosa que podría ser para ti la práctica de la meditación, pero no encuentras cómo encajarla en tu apretada agenda diaria? ¿Quieres ponerte en forma pero tus visitas al gimnasio son ocasionales, en el mejor de los casos? En definitiva, ¿te las ves diariamente con la PROCRASTINACIÓN, el dejar para un indefinido mañana aquello que tanto esfuerzo te cuesta y que tantas cosas buenas podría depararte?
El Kaizén podría ser la respuesta a lo que estás buscando.
Hazlo durante un minuto
El término no es antiguo: fue acuñado por Masaaki Imai , consultor de gestión de procesos japonés, nacido en 1930. Inicialmente se trataba de un método para la mejora continua y sostenida de la producción industrial. Pero el propio Imai asegura que el Kaizen es mucho más que eso: es una verdadera filosofia de vida, que nos invita a mejorar y avanzar personalmente a base de dar «pequeños y constantes pasos».
Al Kaizen también se le conoce como la «regla del minuto»: si quieres lograr algo, por enorme y vasta que te parezca la tarea, hazla en pequeños tramos de un minuto.
Quizás aquello que te planteas hacer lo ves inalcanzable precisamente porque se te hace una montaña ni siquiera dedicarle media hora al día. Pero un minuto lo tiene cualquiera, ¿no? Y como dice la canción, es fácil si lo intentas…
Muchos proyectos se derrumban antes de obtener resultados a causa de la pereza y la procrastinación. En occidente solemos creer que sólo lo que cuesta esfuerzo y lágrimas vale la pena y en ocasiones menospreciamos lo que creamos con facilidad, en estado de flujo y en periodos breves. Estas creencias nos dejan finalmente inmóviles e incapaces de cumplir nuestros sueños, de mejorar en nuestra vida a través del cambio creativo.
Lo que sucede con la práctica del Kaizen es que, paradójicamente, el compromiso en apariencia «fácil» de ponernos a trabajar un minuto en algo que nos gusta hace romper la barrera de la pereza y al poco tiempo, sin darnos apenas cuenta, estaremos alargando ese minuto de forma continua: habremos establecido un hábito. Y ya difícilmente podremos dejar de hacerlo.
CÓMO APLICAR EL KAIZÉN
El método Kaizen se compone básicamente de tres pasos, sencillos como su propia esencia:
1. Establece tu meta u objetivo: no importa lo «lejana» que la veas, recuerda que vamos a ir paso a paso, paladeando del proceso.
2. Prepara el entorno: un música agradable, tu bebida preferida, incienso, papelería bonita, silencio absoluto, iluminación, flores….Que el escenario de tu tarea sea lo más agradable y «tuyo» posible.
3. Ejecuta la tarea durante un minuto: si es posible, a la misma hora cada día.
Personalmente he estado aplicando el Kaizen desde hace dos meses, llegando a alargar el tiempo de tarea en cinco minutos diarios, para la práctica de la escritura. A pesar de que estos dos meses han sido más que apretados en mi vida personal y laboral, dedicando un mínimo de cinco minutos diarios he podido avanzar hasta el tercer capítulo de un libro que hacía años proyectaba, escribir posts en mi blog y colaborar en la próxima edición de la revista Blogirls -que te va a encantar, ¡avisadita estás!-. Y me ha pasado: ha habido días que, aun con un montón de cosas y compromisos que cumplir, me he reservado ese espacio de cinco minutos de escritura resultando convertirse después en media e incluso una hora de dedicación ininterrumpida. ¡Había entrado en estado de flujo y ya no podía parar!
Si quieres saber más sobre el Kaizen y sus múltiples posibilidades en tu vida cotidiana, te invito a conocer el blog Zen Habits, donde su autor, Leo Babauta, nos ofrece semanalmente claves prácticas y sencillas para tu mejora continua de la manera más sencilla. Y si precisamente estás buscando tiempo para meditar, mírate el video que te dejo más abajo -muy al estilo Kaizén-, quizás te autoconvenzas de que es posible…
Todo largo camino comienza con un pequeño paso, al que siguen otros muchos más…No menosprecies que sean pequeños. ¡Y disfruta del viaje!
6 respuestas
No conocía el Kaizen y creo que ya tengo un proyecto en el que aplicarlo. Muchas veces nos cuesta vencer la pereza y una vez que te pones, resulta más fácil de lo que pensabas.
Me parece un método sencillo que pienso aplicar!!
Bien hecho, Netikerty! A veces lo más sencillo es lo más poderoso! 😉 Un abrazo!
Inma, me quedo con el método, me ha conquistado, lo veo fácil de implementar y sin duda los resultados pueden ser muy buenos, gracias por acercarnos estas técnicas tan sutiles que se cuelan poco a poco en nuestra vida, y muchísima suerte con tu proyecto, ya verás cómo al final todo se consigue. Un abrazo
Con animadoras como tú seguro que lo consigo! Gracias a ti también por darnos tantas y buenas claves para seguir nuestros «planes»! Un abrazo!
¡Que interesante el kaizen!. No había oído hablar de este método pero veo grandes posibilidades para implementar comienzos que se resisten. Te deseo lo mejor con el proyecto de tu libro. Yo tuve un proyecto de un libro hace un par de años del que estaba super ilusionada pero no pudo ser en ese momento. Ahora nuevos proyectos han despertado ese plan. ¡Veremos a ver que pasa!. Te mando un beso grande Estel, ya te echaba de menos.
Qué bien que te reciban así en un círculo amistoso! Un placer «volver al redil»! 😉 Gracias por tus ánimos.