Un nuevo año

Imagen: Denys Debozhai para Unsplash

Hoy nace un nuevo año y deseaba compartir algunas reflexiones contigo, que sigues este blog desde hace tiempo y también si acabas de aterrizar en Spirit for Beginners. 

La energía de estos días nos invita a hacer balance, limpieza, a soñar despiertos y a hacernos buenos propósitos. Quizás hayas hecho algún ritual de despedida y de apertura de año o puede que no creas en absoluto en estas cosas y simplemente disfrutes de tus vacaciones, atareada en las compras navideñas, en reuniones familiares y celebraciones compartidas. O quizás vivas estos días en soledad, esperando que pasen rápido para volver a tu rutina.

Sea como sea, bienvenida a este espacio, donde reflexiono y me gusta compartir claves para tu desarrollo y el mío propio, para explicar historias que puedan inspirarte o acompañarte en tu propia transformación.

Si te hablo como mujer es simplemente porque sé que sois mayoría las que seguís este blog. No es menos cierto que personalmente me he comprometido con aquellos que trabajan para que el principio femenino resurja en un mundo donde se hace necesario restablecer el equilibrio, para nuestra propia supervivencia como especie.

Así que si eres hombre o incluso si no te defines en absoluto en lo que a género se refiere, sé también bienvenido, sobre todo si el principio femenino está vivo en ti, independientemente de tu identidad sexual, y si también estás comprometido con ese cambio necesario.   

Desde sus inicios, he asistido a mi propia transformación desde este blog. Me he acompañado a mí misma a través de las etapas y si echo la vista atrás, puedo ver un gran tramo de camino recorrido. El blog me ha servido como una suerte de notario y también como un difusor de pensamientos que quizás hayan podido inspirar a otros. 

Sin embargo, el camino sigue, y aunque los cambios suelen ser buenos -una conclusión a la que he llegado por mi propia experiencia-, todavía siento resistencia a abandonar viejos hábitos, viejas formas de mí que reconozco como obsoletas.

Hay épocas que se prestan, como el cambio de año, a poder revisar viejos patrones y proyectar nuevos. Pero el Fin de Año no es la única y creo que una fecha tampoco marca el éxito de tus intenciones. Esto suele ocurrir porque en Fin de Año, igual que a principios del curso escolar, colectivamente estamos más abiertas al cambio y la transformación, y la energía colectiva, para la bueno y para lo malo, se contagia con facilidad y es capaz de producir efectos en todas nosotras. Si surfeas la ola, puedes encontrar facilidades para hacer esa revisión. Pero ningún propósito es efectivo sin un trabajo profundo previo, como yo misma he comprobado.

Siempre he tenido facilidad para la introspección y la palabra espiritualidad la pronuncié con naturalidad siendo muy niña. Así que no me asusta bucear en las profundidades del alma, o al menos, no me resulta tan extraño como a otras personas. Sin embargo, yo también estoy en el camino de la aprendiz eterna, no soy ni más ni menos que cualquier otro ser humano que me acompañe. 

En este primero de Enero puedo echar la vista atrás y sentirme agradecida por los aprendizajes recogidos y por los regalos recibidos. Hace tiempo que descubrí que lo más efectivo en estas fechas era sentir y reconocer esa GRATITUD antes de decir adiós a una etapa. Como ya he explicado en otras ocasiones, la GRATITUD es una de las herramientas más potentes que he encontrado para atravesar la ansiedad y el sentimiento de estar perdida en un mundo que con frecuencia no comprendo.

Este 2023 recién finiquitado ha sido bastante propicio para mí y para mi familia, especialmente en lo material, aunque he asistido al deterioro de la salud de algunos seres queridos. He alcanzado algunos logros largamente soñados, como escribir, acabar y autopublicar mi propio libro o vencer la timidez de presentarlo en público. He vivido mi primer Sant Jordi firmando ejemplares y he conocido personas interesantes e inspiradoras a lo largo de todo el año, tanto en el mundo de la literatura como en el de la espiritualidad. He viajado a Londres y a otros sitios hermosos, inspiradores e interesantes, y he gozado en mi amada isla de Menorca de unas placenteras vacaciones de verano. 

He vuelto a trabajar a tiempo completo -obligada por mi situación laboral, dicho sea de paso, no por elección personal- en la escuela como maestra de inglés, después de 12 años de reducción de jornada, que me permitieron avanzar mucho en mis pasiones, entre ellas escribir. Y aunque finalmente conseguí plaza fija como funcionaria en una buena escuela de Barcelona, con un proyecto atractivo y formando parte de un buen equipo, esto ha supuesto detenerme al borde de un camino que ya había elegido. Mi dedicación completa a la escuela hipotecó mi tiempo de escritura, también mi aprendizaje del japonés, la meditación, el autocuidado y mi dedicación al Reiki. Todo ello me ha sumido en un duelo del alma y todavía estoy en el proceso de adaptarme a estos cambios… o de encontrar la manera de hacer un planteamiento de vida diferente, donde pueda vivir mi versión más auténtica y luminosa.

Cuando observo al mundo puedo ver el drama y la desesperación de muchos, lo lejos que muchas almas están de su humanidad, provocando guerras y desastres.  Y me apena sobremanera lo mucho que nos hemos distanciado de la naturaleza de la que formamos parte y el desastre al que nos estamos viendo arrastrados. Aunque contribuyo en lo posible para mitigar ese dolor colectivo, suelo sentirme muy pequeña y frágil ante voluntades que me superan. 

Pero no quiero apagar la esperanza de mi corazón. Como en el relato del pescador de estrellas, no voy a cesar en el empeño de devolver una más al mar, aunque queden miles agonizando en la playa. Para esa estrella, habrá valido la pena. Todo lo que he aprendido, todo lo que he vivido, me indica que existe otra posibilidad. Que hay múltiples realidades esperando manifestarse que requieren que nosotros sepamos enfocar la mirada.

Quiero seguir entrenando ese foco en esa mirada, quiero seguir aprendiendo, seguir siendo una principiante. Vibrar con mi Nuevo Ser, más real, más alineada con mis valores: ESPIRITUALIDAD, CONTRIBUCIÓN, CONEXIÓN Y DISFRUTE.

¿Cuales son los valores que guian tu nuevo año o quizás, toda tu vida? ¿Te has marcado propósitos¿ ¿Haces algún ritual de despedida o de entrada?

Me gustará leerte.

Y recibe mis mejores deseos y la esperanza compartida de que nuestros pasos en este 2024 discurran por una tierra mejor de la que despedimos en el 2023.

Un abrazo.

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Soy Imma

Eterna principiante y buscadora incansable. En este lugar deseo ofrecerte herramientas para vivir la espiritualidad de forma práctica y creativa, inspiración y mucho más…

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